Dice Imor®:
Cómo poder negar que ahí estas…
Sólo a penas faltó que la coincidencia y la casualidad estuvieran presentes, un presentimiento, un truco más de la mente, quizá, pero no fue cierto este presentimiento hasta que te ví ahí.
Girando, como lo haces en mi mente, no una o varias veces, sino todas.
Sonriendo, con una larga sonrisa, con una larga e incomoda belleza.
No soy el único que lo nota, eso es definitivo, pero una vez más, cuando yo había pensado que jamás volvería a ser testigo de tal destino, ahí estabas, tan radiante, tan soberbia, como quien desenvaina su espada para cortar la cabeza de quien es incapaz de tolerar tu grave presencia.
No sé si fuera un acto de bondad, pero sonreíste cuando miserablemente yo, ahí, parado tan miserable, te ví…
No sé si por un cariño indistinto a los que están tan lejos de ti y que no te podemos alcanzar, accediste a que una vez más pudiera robarme un pedazo de tu larga sonrisa.
Sabes una cosa, hoy es el día ideal para matar mis deseos, hoy ya no me sirve desearte, porque sé que irremediablemente llegarás, pero nunca pensé que iba a ser así, hoy me estoy entregando a mi propia realidad, pero también a ti…
Porqué no podía negar una vez más que a pesar de todo, te volvería a encontrar, volvería a verte, igual, girando y moviéndote, con la misma manera de hacerlo como lo haces en mi mente.
Baile de Salsa y Son, en clave de tres más dos…
Mucho me sobra de lo que yo te pueda escribir, pero lo que más me falta, es saber, si ahora que estás ahí, ahí, donde apareciste una vez como una posibilidad de mí, te podrás quedar, ahí en donde sólo tu baile y tu incomoda belleza me mueven y me dejan a la deriva, en donde sólo tú sabes que puedes mandar, donde sólo te basta con dejarte ser, en donde sólo te basta ser la auténtica definición de la palabra Mujer, tú la que me atacó con su mejor arma…
Sabes, daría cualquier cosa por robarte tu belleza y comérmela para que no hagas más daño, para que no destruyas lo que tanto ha costado, lo que tanto me ha costado: mi cordura, mi seguridad, mi amor, mi estabilidad, mi absurdo umbral de la realidad, mi realidad…
Al final, existes…
Eso creo… o sólo hasta que me demuestren que todo esto es un juego, uno más que se confabula en los rincones más obscuros de mis deseos…
¿Bailamos una vez más?…
A ti, a quien sólo me ha podido sacar de mi pausa…
L…